A medida que las cookies de terceros desaparecen en los principales navegadores y aumenta la presión regulatoria, los equipos de marketing afrontan un cambio estructural en la forma de recopilar, procesar y activar datos. Para 2025, Chrome ya ha restringido significativamente las cookies de terceros, siguiendo los pasos de Safari y Firefox. Este giro obliga a las marcas a replantear la medición de audiencias, la segmentación y la atribución mientras buscan alternativas que sigan siendo compatibles y ofrezcan precisión.
La eliminación gradual de las cookies de terceros ha alterado procesos de trabajo esenciales, sobre todo aquellos basados en el seguimiento entre sitios y en la personalización mediante retargeting. Muchos equipos centrados en el rendimiento han observado una disminución en la exactitud de los segmentos conductuales, lo que dificulta optimizar la inversión y mantener los niveles de rentabilidad. El desafío es tanto técnico como estratégico, ya que las empresas deben reconstruir sus bases de datos según las expectativas modernas de privacidad.
Las normativas como el RGPD y la Directiva de ePrivacy han acelerado este cambio, imponiendo obligaciones estrictas en materia de consentimiento, transparencia y minimización de datos. Para 2025, la aplicación de estas normas es más rigurosa en la UE y el Reino Unido, lo que hace que el incumplimiento sea costoso. Este escenario ha impulsado a las marcas a invertir en soluciones que no dependan del seguimiento individual entre propiedades digitales ajenas.
También existe fragmentación en el ecosistema publicitario, con múltiples marcos de identidad, API y entornos cerrados emergiendo simultáneamente. El sector está pasando de un mecanismo de seguimiento dominante a un conjunto diverso de herramientas que preservan la privacidad, cada una con ventajas y limitaciones. Esto obliga a los profesionales a comprender nuevos sistemas y ajustar sus modelos de medición para que sigan siendo sólidos pese a los cambios.
Ante la desaparición de los identificadores entre sitios, varios enfoques alternativos han ganado relevancia. Los marcos de identidad de origen basados en relaciones autenticadas se han convertido en una prioridad para las marcas que buscan estabilidad. Cuando los usuarios inician sesión o dan su consentimiento directamente, las empresas pueden generar identificadores duraderos que permiten personalización y análisis dentro de sus propios entornos digitales.
En paralelo, tecnologías de mejora de privacidad como la privacidad diferencial, los “clean rooms” y los informes agregados se han vuelto esenciales. Plataformas como Google Ads, Meta y Amazon ya ofrecen soluciones de clean rooms que permiten colaboración segura sin exponer datos individuales. Estos sistemas funcionan con resultados agregados, lo que ayuda a los anunciantes a mantener conocimiento sin comprometer la privacidad.
Las API basadas en navegador, como Protected Audience API y Attribution Reporting API, también están transformando la publicidad digital. Permiten la segmentación basada en intereses y medición de conversiones sin proporcionar identificadores personales. Aunque estas herramientas siguen evolucionando, ya influyen en las estrategias de puja y en la analítica publicitaria en 2025.
Los datos de origen se han convertido en el núcleo de las estrategias actuales. Las marcas que invierten en la experiencia del usuario, programas de fidelización y mecanismos de consentimiento logran señales más fiables. Este cambio permite crear perfiles de cliente más completos, mejorar la personalización en propiedades propias y mantener una ventaja competitiva en un entorno donde las fuentes externas se reducen.
El targeting contextual ha resurgido como una alternativa eficaz. En lugar de depender del seguimiento individual, los anunciantes emparejan contenidos relevantes con intereses probables del público mediante modelos avanzados de análisis semántico. En 2025, las herramientas contextuales interpretan temas, tono y elementos visuales de las páginas, ofreciendo una precisión muy superior a los métodos basados solo en palabras clave.
Las plataformas de datos de clientes (CDP) también han evolucionado para satisfacer la creciente demanda. Las CDP modernas integran consentimiento, comportamiento y modelos predictivos, garantizando al mismo tiempo el cumplimiento normativo en Reino Unido y la UE. Su papel es fundamental para construir audiencias estables sin depender de señales de terceros.
La desaparición de las cookies de terceros ha obligado a adoptar nuevos modelos de atribución. Los modelos de un solo toque han perdido fiabilidad, mientras que la atribución multitáctil es limitada debido a la pérdida de datos. Por ello, muchas organizaciones combinan modelos de mezcla de medios (MMM), test de incrementalidad y datos agregados para orientar decisiones presupuestarias.
El MMM ha recuperado importancia gracias a los avances en modelización estadística y a plataformas analíticas basadas en la nube. Estas herramientas permiten entender la contribución de cada canal sin depender del seguimiento individual, lo que las convierte en soluciones resistentes ante restricciones de privacidad. Las marcas complementan estos modelos con test de incrementalidad a corto plazo para ajustar sus decisiones con rapidez.
El enfoque hacia mediciones centradas en la privacidad también ha impulsado la adopción del seguimiento del lado del servidor. Al trasladar la recopilación de datos a infraestructuras de servidor, las empresas garantizan una mayor fiabilidad y un cumplimiento más estricto del consentimiento. Este enfoque es clave para estrategias de medición duraderas.

Con la llegada de un entorno completamente libre de cookies en 2026, las organizaciones deben replantear cómo capturan datos, activan audiencias y miden resultados. El primer paso consiste en establecer una estrategia sólida de datos de origen respaldada por flujos de consentimiento transparentes. Las empresas que ofrecen experiencias relevantes a cambio de datos de usuario estarán mejor posicionadas.
La colaboración con socios de confianza resulta esencial. Muchos anunciantes están uniendo fuerzas en alianzas de publishers, cooperativas de datos y ecosistemas de clean rooms para ampliar su alcance de forma respetuosa con la privacidad. Estas asociaciones permiten emparejar datos de manera segura sin restablecer identificadores que infrinjan normas actuales.
Finalmente, los equipos de marketing necesitan adoptar arquitecturas tecnológicas flexibles. Integrar CDP, herramientas analíticas, tracking del lado del servidor y API de privacidad permite reducir la dependencia de un único sistema de identidad. Esto asegura resiliencia conforme las regulaciones evolucionan y Chrome completa su proceso en 2026.
La transición hacia un marketing sin cookies de terceros representa una oportunidad para construir un ecosistema más transparente y centrado en el usuario. Las marcas que adopten prácticas responsables de gestión de datos obtendrán mayor confianza y relaciones más sólidas a largo plazo. Este cambio impulsa a las organizaciones a centrarse en la creación de valor real, no en mecanismos opacos.
La cooperación entre marketing, legal, ingeniería y datos es esencial. A medida que aumentan las expectativas de privacidad, estos equipos deben coordinarse para implementar flujos de datos compatibles, mejorar recorridos del usuario y evaluar nuevas tecnologías. El éxito depende de una comunicación interna clara y un entendimiento común de las obligaciones de privacidad.
Un futuro sostenible exige una evaluación constante de los estándares emergentes. Los profesionales deben mantenerse informados sobre novedades en API de navegador, cambios regulatorios y nuevos marcos de identidad. Con planificación proactiva e inversión en formación, las organizaciones podrán afrontar 2026 con seguridad y mantener operaciones publicitarias eficaces y respetuosas.